sábado, 18 de abril de 2009

Pequeños placeres de la vida

Me permito pedir este tiempo muerto para reflexionar sobre aquellas pequeñas cosas que tenemos en la vida y no apreciamos. Y quizás haga falta pararse como lo hago yo hoy, en una terraza de la playa de las Canteras y apreciarlas de verdad.

No hablo de nada metafísico ni transcendental, Dios me libre. Simplemente son cosas de las que disfrutamos y nos duran un momento, pero cuántas nos dejan su recuerdo de forma permanente.

Se me ocurre echar la vista atrás y recordar los primeros paseos en bici, cuando aún llevabas las ruedas auxiliares y que te hacían sentir tan seguro, eras el amo de la carretera. Luego te las quitan y aparece el primer gran problema: Papá! Ayúdame que no se frenar! Te caías una y otra vez, un moratón tras otro. Pero aún así es un buen recuerdo y un pequeño placer.

Mes de Junio. Sábado por la mañana. Un calor que derrite las piedras. Una terraza en la playa. Y ahí estáis los dos, solos. No hay nada más entre vosotros. Ella te mira desafiante: “No te atreverás”. Tú la agarras fuerte por el brazo, juntas tus labios con los suyos y ya ocurrió. El primer sorbo a la primera cerveza del verano. Qué bien sienta! Paladeas sus sabores, sus aromas, aprecias la textura, despacio tragas y sientes esa sensación de frescor que invade todo tu cuerpo. ¿A que a nadie se le había ocurrido valorar de esta forma ese pequeño sorbo de vida?

Y así podría seguir horas y horas. Pero me acaban de traer mi bocadillo de calamares y se me enfría. Más adelante os hablaré del olor a hierba cortada, de la primera taza de gazpacho del verano, esa sopa de pescado cuando tienes una resaca que parece que hayas muerto y luches por resucitar…

Pero lo primero es lo primero: los calamares y la cocacola fresquita.

martes, 14 de abril de 2009

Por la Ría!!!

Volvemos a competición europea. La IWBF nos ha invitado a participar en la fase final de la Copa André Vergawen en sustitución del equipo italiano AS Dream Team de Taranto. Es una satisfacción personal el hecho de volver a jugar una competición europea, pero no todo es color de rosa.

Por un lado están los jugadores, muy machacados físicamente, ya que hemos estado casi toda la temporada jugando con 5 jugadores, y en esta competición son 5 partidos entre viernes, sábado y domingo por la mañana…un auténtico castigo.

Por el otro está el Club y sus intereses. Estamos en una situación económica difícil, como todos, pero estamos buscando sponsors para el próximo año. Y no cabe duda que es una golosina apetecible tener la carta de presentación de haber jugado la fase final de la Copa del Rey y de una competición europea.

Así las cosas espero que todo nos salga bien en Vigo del 24 al 26 de Abril y podamos volver de allí con la cabeza bien alta y siendo utópicos…quizás con alguna victoria debajo del brazo. Algo que estará muy caro ya que jugamos contra equipos que están hechos para haberse clasificado para la Champions League y por mala fortuna en la fase previa se quedaron fuera de ella, por lo tanto el nivel está muy alto. Jugaremos contra 4 equipos italianos, 1 turco, 1 británico y el Vigo.

Y ya termino comentando la parte ociosa del viaje. El 26 de Abril es mi 28 cumpleaños… todavía quedan dos laaaargos años antes de los 30 (permitidme este momento de automotivación, eso me hace pensar que soy más joven). Es tradición en este equipo apretarse una mariscada cada vez que se va a jugar a Vigo, ya en el último viaje descubrimos la gran marisquería Casa Nisio donde nos trataron de maravilla y se supone que repetiremos. Y de ahí el lema de “Por la Ría!!!”, cuando en un momento de la cena San Nisio nos comentaba que todo lo que habíamos comido venía de la ría, todos levantamos nuestras copas de albariño e hicimos un brindis de agradecimiento a la Ría (que cursi suena, pero fue muy gracioso).

Bueno este fin de semana nos enfrentamos al FC Barcelona en nuestra casa y espero poder superarles. Tenemos un agrio recuerdo de este equipo que ya nos ha ganado dos veces esta temporada, en su casa en Liga y en cuartos de final de la Copa del Rey. Hemos mejorado y seguro que les será muy difícil ganarnos.

domingo, 5 de abril de 2009

Último segundo

Todo puede cambiar en un segundo. Haber trabajado durante 39 minutos y 59 segundos no vale de nada si en el último segundo te meten esa canasta que desequilibra el marcador y te deja con cara de tonto. Hoy no pasó eso.
Hemos jugado un buen partido. Concentrados desde el principio, conscientes de lo que nos jugábamos y de lo que teníamos que hacer y como hacerlo. No nos ha importado que jugara Dan Highcock, ni que Agustín Alejos haya metido todo lo que falló en la Final de la Copa del Rey. Hemos estado acertados en el tiro, por encima del 50 % de tiros de campo y muy coordinados en defensa. Hay cosas que mejorar, claro que sí. Pero estamos manteniendo una línea de juego muy buena y regular. Este triunfo tenía que llegar, los chicos lo merecían después de 7 partidos seguidos perdidos (Fundosa, Valladolid, Meaux, Oldham, Taranto, Roma y Barcelona) pero jugando muy bien y con nuestras ideas claras.
En cuanto al viaje, pues a ver cómo me explico. Te recogen a las 5 de la mañana en tu casa para volar a las 7, 2 horas y media de vuelo hasta Madrid y más de una hora de furgoneta a Toledo. Llegas, comes y a dormir en el suelo del Pabellón. Tenía mucho miedo de cómo afectaría este viaje al estado físico de los jugadores, por ello hemos hecho un calentamiento especifico concentrado en los estiramientos y los gestos técnicos.
Ha salido bien, han acabado reventados los jugadores del quinteto pero es normal, ha sido un partido muy duro y no he encontrado la ocasión de realizar cambios con garantías, así que los cinco titulares han jugado el partido completo. Me voy con ese mal sabor de boca. Los que me conocen como entrenador saben que me gusta que jueguen siempre todos o casi todos y este año la verdad que se me escapa más de una vez ese principio, pero hay objetivos que cumplir, y lo estamos logrando.
Escribo desde el avión, sobrevolando el Océano Atlántico en medio de nada y en medio de todo. Nos queda sólo un viaje. Esta frase esconde una mezcla de alegría, tristeza y nostalgia. Alegría por el descanso del guerrero (ya hace falta). Tristeza porque se acaba la convivencia con este grupo humano que cada día me engancha más. Y nostalgia de recuerdos, situaciones y momentos pasados.
Espero que el verano pase pronto y empecemos de nuevo con esta rutina.